Los colores se superponen generando mezclas nuevas, infinitas capas que van dibujando la figura que finalmente aparecerá. Quien sabe que mágica sensación la invade y la guía llevándola siempre al mismo punto: descorrer velos que nos mantienen dormidos, tomar conciencia ecológica, volver a tomar contacto con la naturaleza, cuidar nuestras ciudades, no permitir que la vida cotidiana nos invada con su competencia laboral y social.
Así surgieron algunas de sus obras: “Movimiento y Flotación”, “Reflejos”, “A Orillas del Mar Azul”, “Competencia o Invasión”.
Las líneas rectas no están permitidas, son eternas, continúan fuera de los límites de la tela. Llega a sintetizar tanto la imagen que parece que la naturaleza desaparece por un momento en “Cien Velos”, pero no, de esa superposición de infinita cantidad de líneas surgen paisajes con mares y cielos, atardeceres y amaneceres, como queriendo plasmar en un instante el aquí y el ahora.
Participó de exposiciones colectivas en restaurantes, centros culturales y exposiciones de alumnos del taller.



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