LA CUARTA PARED • Espacio de Arte

La cuarta pared es de las cuatro que te contienen, la última que derribas para poder trascender. Por otro lado es lo que permanentemente me mueve para crear con técnicas ya conocidas nuevas propuestas, transformando y liberando continuadamente. Rompemos el continente para que el contenido se libere y adopte una nueva forma.

Por ésta razón adopté éste nombre, romper esa pared es mi objetivo. Es la pared que me permitirá salir del taller a otro espacio.


Obra de Renata Dal Bianco




Marta Yahbes

Paisajista contemporánea, nos invita a compartir un tiempo y un espacio, su tiempo y su espacio.

En cada obra hay memoria secreta y en cada pincelada hay silencios, aire, brisa, color, emoción, sueños, dolor, juego, empastes que nos narran una experiencia vivida.

Dan una visión casi impresionista de la luz, crea un clima mágico en medio de sutiles transparencias donde a través de su visión particular, los objetos de la realidad se revisten de una nueva significación poética.

Sus temas son diversos, pescadores en el mar, campiñas montañosas, pueblos del norte, etc, con ellos se fascina dándoles forma y color, encontrando el sentido a la vida.





Silvina Hecker

Silvina llega a mi taller en un momento muy especial de su vida. Con un intenso deseo de encontrar en la pintura un camino donde poder expresar vivencias.
Su pintura constituye una inspirada crónica que nos conduce siempre al mismo punto: aspectos de su entorno evocados en su obra con particular potencia.
Un misterio indescifrable domina constantemente su obra haciéndonos sentir que asistimos a un testimonio hecho con profunda melancolía.
Con una delgada espátula acumula capas de pintura, por lo menos seis o siete veces.
Si uno se acerca a la tela, ve que los rojos están proyectados sobre golpes de negros, púrpura, tierras y verdes, incluso, azules.
Los colores se unifican en la paleta, fusionándose y fragmentándose como lo hacen sobre la tela, buscando reflejar la luz que ve el ojo humano, creando una pintura casi abstracta, de rica textura, identificando la pintura como un paisaje que recuerda de sus momentos cerca del mar.
Comenzó a pintar en mi taller a fines del año 2005, realiza todos sus cuadros sobre tela, utiliza únicamente óleo y ninguna de sus pinturas tiene nombre.




Silvina Kusneras

Luego de una intensa búsqueda personal que la llevó a formarse primero en la facultad de arquitectura varios años y en talleres con técnicas decorativas después, llegó a mi taller buscando desarrollar técnicas nuevas con un enfoque artístico y buscando desarrollar una imagen propia.
El tiempo tiene aquí otro ritmo. Silvina Kusneras retrata momentos, ceremonias, viajes en una serie de cuadros impactantes que combinan texturas, relieves y colores, logrando crear una atmósfera que nos conecta con la simplicidad de la existencia.
Su bautismo como artista plástica lo hace en el 2005 en V Salón de Arte Tarbut donde presentó la obra “El Derrumbe”, premiada con una Mención Especial. Este mismo año presentó en El Mirasol la obra “El Viaje”.
“Atardecer” fue una obra que sirvió de punto de partida para abrirse a técnicas mixtas que la llevarían a descubrir una técnica propia basada en texturas aplicadas a una imagen que tiene que ver ya con relieves más que con la pintura.
Junto a ésta obra trabajó en otras con composiciones geométricas durante el 2006, incorporando también la pintura a la técnica de Mosaico Veneciano en la que había incursionado primero. Así nació “El Pescador” y luego “La Noche” presentada al año siguiente, en el VI Salón de Arte Tarbut, 2006, premiada nuevamente con una mención especial en pintura.
En el Salón de Alumnos 2006 presentó “Eclipse” y “La Ceremonia”. Aquí incursionó en técnicas vítreas.
Mientras plantaba obra de mucho volumen, como es “La Ola”, expuesta en el Salón Alumnos 2008 en la Dante Alighieri trabajó con técnicas de dibujo y transferencia sobre papel.




Milenka Ljubetic

Milenka termina sus estudios de Diseño en Chile y sin darse cuenta la vida le propone momentos y situaciones de vida lejos de los suyos, en una sociedad ajena, donde encontrar su lugar es un reto.
Se autogenera espacios donde pueda abstraerse de esta nueva realidad que le toca vivir.
Genera un especial vínculo con mi taller donde encuentra una posible salida, en realidad entra en un mundo donde puede expresar una sensibilidad extrema que emana desde su interior de MUJER.
Cualquier material es en sus manos un detonante de belleza entre lo emotivo y lo racional, el desborde y el límite. Sus composiciones surgen de adentro hacia fuera. Tamiza sus sensaciones asimilando las condiciones del mundo exterior de diversas maneras, transformándolas en condiciones interiores que le permitan un profundo crecimiento.
Encontró la mejor herramienta que siempre tuvo a mano, el diseño digital, ya no para diseñar para sus clientes sino para crear sus propias formas interviniendo fotografías tomadas de formas orgánicas, simples formas naturales a las que con el color y la línea exalta mínimas o suntuosas ondulaciones, pura simplicidad que reúne maestría y refinamiento, claridad y sutileza corpórea de la forma que ya existe en su interior, en su matriz y que pide permiso para salir a cada momento… con una fuerza arrolladora, pero de una femineidad pocas veces vista.



Cristina Padrah

No hay un camino por el cual caminamos, el camino lo construyen nuestros pasos conjugando el azar que nos desvía o nos conduce, la elección de lo que presuponemos mejor y la repetición consciente o inconsciente de los pasos de nuestros predecesores.
Con “Nosotros” y con “Atardecer” Cristina echó a andar un nuevo camino, un camino propio con espacios estriados y espacios lisos, que no sólo se oponen sino que se intercambian y se requieren. Son cuadros en los que el espacio se ve limitado, surcado, dividido por líneas y por planos, a veces rectos, a veces curvos, con formas geométricas que intentan simbolizar figuras con alegres emociones.
Luego vino una etapa donde se podría decir que Cristina hizo un alto. Así comenzó con imágenes de mayor tamaño, utilizando elementos parecidos pero logrando mayor síntesis. Incorporando pequeñas figuras atemporales, equilibristas, saltimbanquis, que por momentos pueden jugar, soñar así como llorar y sentir la más fría soledad.
Algunos ejemplos de esto son “Abismo”, ”Desolación”, ”Levedad”, “Hilo de Vida” y “Momentos”.
Participó de exposiciones colectivas y concursos en Los Mirasoles–Puerto Madero; Auditórium Dante Alighieri y Palacio de Las Artes.




Marta Penedo

Siempre comienza sus cuadros entretejiendo hebras de colores transparentes. Dan la sensación de ser velos que van cubriendo la tela de mantos mágicos, creando formas por momentos cerradas y por momentos abiertas.
Los colores se superponen generando mezclas nuevas, infinitas capas que van dibujando la figura que finalmente aparecerá. Quien sabe que mágica sensación la invade y la guía llevándola siempre al mismo punto: descorrer velos que nos mantienen dormidos, tomar conciencia ecológica, volver a tomar contacto con la naturaleza, cuidar nuestras ciudades, no permitir que la vida cotidiana nos invada con su competencia laboral y social.
Así surgieron algunas de sus obras: “Movimiento y Flotación”, “Reflejos”, “A Orillas del Mar Azul”, “Competencia o Invasión”.
Las líneas rectas no están permitidas, son eternas, continúan fuera de los límites de la tela. Llega a sintetizar tanto la imagen que parece que la naturaleza desaparece por un momento en “Cien Velos”, pero no, de esa superposición de infinita cantidad de líneas surgen paisajes con mares y cielos, atardeceres y amaneceres, como queriendo plasmar en un instante el aquí y el ahora.
Participó de exposiciones colectivas en restaurantes, centros culturales y exposiciones de alumnos del taller.




Lilia Perrone Carrillo

Luego de años de dedicarse a su profesión como abogada, comienza en mi taller interesada en experimentar técnicas de modelado, encontrando en la arcilla y sus variadas técnicas un medio para comunicar.
Su espíriru sólo puede identificarse con lo que sabe o cree que es una verdad, y ésta, aunque moral, se convierte para ella en una realidad que expresa tanto mejor cuanto mejor la siente. Y entonces, si a la inteligencia de la cosa une la flexibilidad del talento, hace que sus propias invenciones se comuniquen a las almas de los otros.